Quizás faltaba el dato “oficial” pero teníamos algunos indicios: a nivel mundial decrecen las relaciones sexuales.
La llamada “recesión sexual” es un concepto que últimamente nos encontramos en redes sociales y medios de comunicación y sobre el que han aportado opiniones y datos especialistas en sexología, psicología, tecnología, economía, etc.
También quienes gustamos de usar ciertas plataformas asistimos a un debate sobre la caída en la natalidad que no ahorró dedos acusatorios que apuntaron al feminismo, a los “virgos”, a las economías de los países y que nos regaló algún que otro análisis un poco menos reduccionista y más sociológico sobre este fenómeno global. ¿Acaso el sexo ya no nos convoca? ¿El contacto con otra persona ya no nos atrae como plan?
A estos efectos, en España se preguntan por la crisis de la industria de los juguetes, en Japón las autoridades lanzarán una aplicación oficial de citas para combatir la caída de la natalidad en el país y aquí la organización Argentinos por la Educación publicó un informe que plantea que el descenso del 36% en la tasa de nacimientos puede mejorar la situación educativa del país.
Al mismo tiempo que nos enteramos que se garch@ menos, descubrimos que el consumo de pornografía online aumentó. Es decir, lo que se desaceleró es la vinculación sexual con unx otrx pero no con nosotrxs mismxs, el deseo de satisfacción sexual nos sigue habitando… en cierta medida. Google es, obviamente, el sitio de internet que más visitas tiene en el mundo, seguido por YouTube, pero no muy lejos se encuentran Pornhub y XVideos, a los cuales se suma OnlyFans como un producto que cada vez consigue más adeptxs.
Entonces, ¿cuál es la razón por la cual se tiene menos sexo? Podemos afirmar que éste, como todos, es un fenómeno multicausal y que algunos de los motivos que tienen injerencia son la ansiedad que genera establecer vínculos con otrxs cara a cara por miedo al rechazo, a no congeniar, a no divertirse; el estrés provocado por las preocupaciones cotidianas como las económicas; el avance tecnológico que nos acerca un contacto virtual instantáneo en el que no tenemos que esperar ni exponernos y con el que podemos obtener satisfacción inmediata sin movernos de donde estamos; la sobreexposición a estímulos sexuales que ocurren en los medios de comunicación (redes, televisión, portales de internet, etc.) constantemente y que no nos proponen un descubrimiento del sexo, lo deja todo a simple vista.
La Lic en Psicología, counselor con especialización en Sexualidad y Conductas Adictivas, y educadora en Sexualidad Integral de Koinonía, Silvia Sommariva, expresa que: “podemos pensar la sexualidad como la economía, con períodos de florecimiento y períodos de recesión. Pasamos de un máximo tabú a una máxima demanda con la vara muy arriba, esto hace que la gente se retire. Si bien antes el mandato era ser casto, hoy es ser abierto a todo y a mucha gente le pesa mucho“. Otra variable que analiza la especialista, es que: “se le sacó el amor a la sexualidad, entonces los encuentros pueden resultar muy interesantes por la variedad, por la dinámica, por la adrenalina que genera embarcase en vínculos sexuales sin compromiso. Sin embargo, en algún momento aburre y decae porque en esa búsqueda infinita termino quedándome con nada, no puedo elegir nada que me acompañe permanentemente“.
Finalmente, podemos decir que este sentimiento se asocia “con la separación de la sexualidad con la afectividad, entonces cuando sólo nos vinculamos con cuerpos es un encuentro muy vacío, placer de un rato que no mitiga la soledad del humano que sale al encuentro del otro para confirmar su existencia“.
Alimentando el deseo:
Si sentís que esta nota te interpela, porque vos también dejaste de tener sexo pero te gustaría reencontrarte con la interacción placentera de los cuerpos, te dejamos algunos consejos para que estimules el deseo:
- Pequeñas demostraciones diarias de afecto y de conexión con la pareja generan un clima de intimidad.
- La masturbación puede ser complementaria a las relaciones sexuales, no hay razón por la cual sustituir una con otra.
- Los orgasmos tienen un efecto hermoso sobre nuestras emociones y nuestro cuerpo pero además generan un aumento del deseo.
- La fantasía erotiza y da paso al deseo. La lectura erótica puede impulsar la fantasía y motivar el deseo.
- Priorizar más el contacto en persona que el virtual. El consumo de pornografía mainstream puede ser un gran motor del deseo pero no del contacto corporal, que resulta frustrante ante imágenes irreales de la interacción sexual.
Al final de cuentas, el deseo también se ejercita y para tenerlo activo hay que crear el hábito. El sexo nos trae muchas ventajas y beneficios y nos ayuda con la ansiedad, el estrés, las preocupaciones y activa el cuarteto de la felicidad: la oxitocina, la serotonina, dopamina y endorfinas, hormonas del bienestar, sobre las que ya hablamos acá.