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El cuarteto de la felicidad

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(Foto iStock)

Nos ponemos el delantal y nos acomodamos los anteojos para contarles que estudios científicos han demostrado que el sexo es el mejor medicamento. No sólo no necesitamos receta médica, no tiene contraindicaciones, es gratuito sino que además está al alcance de la mano (¡literal!). 

Las distintas sustancias que libera el cuerpo con la práctica regular de sexo actúan directamente sobre nuestro sistema inmune, disminuyendo el estrés y bajando los niveles de ansiedad, además, limitan la posibilidad de tener dolores de cabeza y enfermedades coronarias. ¡Un win-win absoluto! 

La oxitocina, serotonina, dopamina y endorfinas son algunas de las hormonas conocidas como “el cuarteto de la felicidad” por las sensaciones y sentimientos que generan en nuestro organismo como analgesia o placer.

Laboratorio de Deseos
La práctica sexual nos genera bienestar y un sentimiento de felicidad

Sin embargo -y aunque parezca un autoboicot a la salud física y mental- ¡las personas tenemos cada vez menos sexo! O al menos esa es la conclusión de algunos estudios que hace años vienen relevando datos. En Argentina, información brindada por la Universidad Abierta Interamericana (UAI) indican que la mayor parte de la población (19,5%) tiene sexo entre 2 y 3 veces por semana. Mientras que el 17,9% lo práctica 1 vez por semana, el 17,2% cada 15 o 20 días, el 11,8% no tiene sexo nunca, y sólo el 8,7% de los argentinos lo hace más de 4 veces por semana. Por otro lado, la Encuesta Nacional de Actitudes y Estilos de Vida Sexuales (Natsal) que lleva más de 30 años obteniendo información de la sexualidad de los británicos, junto a la Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual en Estados Unidos arribó a la misma conclusión hace años. Los datos del Natsal revelan que, mientras el promedio de los 90`s indicaba que los británicos tenían sexo 5 veces al mes, el promedio ha ido decayendo a 3 en el último estudio. 

Estas tendencias aplican por igual para todas las edades, ya sean abuelos, personas de mediana edad o jóvenes. Asimismo, los motivos son múltiples pero la hiperconectividad, que nos lleva a estar más tiempo en línea y utilizando el celular, y la fatiga por la sobrecarga de trabajo, que disminuye el interés en cualquier otra actividad, son los principales acusados del descenso de la práctica sexual. 

No podemos ignorar que “calidad” y “cantidad” son dos parámetros que -en términos sexuales- siempre se han puesto en debate. Más allá de cualquier realidad, entendemos que se trata de acuerdos íntimos que van de la mano con el tipo y modo de relación que se establecemos con una pareja estable u ocasional. Sin embargo, no menospreciemos a la autosatisfacción, al contrario, es una práctica muy saludable que promueve los mismos beneficios que las relaciones sexuales en pareja y además cuanto más nos conocemos, mejor sabemos qué nos gusta, qué queremos y qué nos da felicidad.

Por último, queremos motivar –y recomendar- la práctica sexual saludable y responsable como el mejor método para disminuir el riesgo de enfermedades y promover la felicidad social. Más sexo, menos enfermedades.