Los estándares culturales exponen la sexualidad de una manera y, aunque no es la única, es difícil –pero no imposible- concebir otros modos, experiencias, deseos y vivencias. Sin embargo, como en este Laboratorio vamos a fondo con temas que –consideramos- deben ser visibilizados y debatidos en tanto experiencia y realidad de miles de personas en el mundo, en esta ocasión nos sumergimos en la sexualidad como un derecho para las personas con diversidad funcional.
Para ello, la Dra. Edith Martín, del equipo Koinonía, y con Andrea López De Mora, Counselor, Orientadora en Sexualidad y diversidad funcional/discapacidad y Activista por los derechos de las personas con discapacidad/ diversidad funcional, nos acompañarán en el recorrido para asesorarnos y aportarnos su perspectiva profesional sobre la temática.
Empecemos por el principio… “La discapacidad o diversidad funcional no es una sola condición, hay múltiples condiciones y -por lo tanto- múltiples posibilidades. El término ‘diversidad funcional’ viene a cambiar la perspectiva desde la cual se mira al sujeto que tiene una condición. Decir ‘discapacidad’ implica que tiene una capacidad limitada; decir ‘diversidad funcional’, en cambio, tiene la connotación de que funciona pero de forma diferente. Es una mirada menos, justamente, capacitista”, nos explica la Dra. Edith Martín.
El desarrollo de la actividad sexual “en sus propios términos”, aclara la doctora, en cualquiera de sus formas, dependerá de qué condición tiene la persona y cuál es el componente que se encuentra afectado, si es intelectual, cognitivo o motor (y si esto repercute en lo emocional); también de qué necesidades y deseos tenga cada unx.
La invisibilización del aspecto sexual en personas con diversidad funcional es un problema serio. No se habla al respecto, hay falta de herramientas y de acceso a ellas.
Ambas profesionales coinciden en una cuestión fundamental: “Debemos deconstruir estereotipos perjudiciales que infantilizan o hipersexualizan a las personas con diversidad funcional”, afirma Andrea López De Mora y la presidenta de Koinonía agrega “la sociedad oscila entre dos extremos: que son ángeles sin sexualidad o que tienen una sexualidad salvaje, incontrolable”.
El miedo es un factor fundamental para este ocultamiento. No hablar sobre el tema es un intento por anular su sexualidad. ¿Por qué? Por miedo a conductas inadecuadas reprobadas socialmente. Sin embargo, allí está, presente aún por fuera de los estándares culturales impuestos, demandando visibilización y herramientas para una vida sexual plena.
“Los comportamientos sexualmente desubicados se deben a que no han sido explícitamente trabajados, como sí se trabajaron otros aspectos en las personas con diversidad o discapacidad intelectual”, comenta Martín.
Caminos para el cambio
López De Mora, profesional especializada en sexualidad y activista por los derechos de las personas con diversidad funcional, tiene una idea muy clara de qué debe cambiar.
“Debemos fomentar una comprensión inclusiva de la sexualidad, donde se reconozca y respete la diversidad de experiencias y deseos en todas las personas, independientemente de su diversidad funcional/discapacidad. Esto implica educar a la sociedad, profesionales de la salud, cuidadores, asistentes personales y familiares sobre la importancia de la autonomía sexual, el consentimiento y el respeto a la intimidad de las personas con diversidad funcional”.
La doctora Edith Martín habla del aprendizaje de conductas por repetición para que las personas con discapacidad puedan ser autosuficientes. “Por ejemplo, la higiene personal. Este es un gran tema que implica mucho trabajo con estrategias específicas, para que la persona pueda adquirir los hábitos de higiene personal, y autovalerse en ese aspecto. Este mismo tipo de estrategias explícitas de aprendizaje por repetición, con recursos diseñados específicamente, tienen que aplicarse en la enseñanza de pautas de sexualidad o de comportamiento sexual socialmente aceptables. En casos, en los que el déficit es mayor hay que ser muy explícito con el ‘guión’ que tiene que seguir”.
López De Mora amplía “es fundamental asegurar que las personas con diversidad funcional tengan acceso a la educación sexual adecuada, promover la Educación Sexual Integral con perspectiva en diversidad funcional/discapacidad, servicios de salud inclusivos y apoyo en la expresión de su sexualidad”.
El cambio real es integral e incluye a las esferas educativa, sanitaria, política y social.
La capacitación de profesionales de la docencia como también de la salud es imperativa, para comprender las necesidades particulares de cada caso como también para contener y poner a disposición material que se adapte a su discapacidad y sean inteligibles. “El acceso a la información es clave en este proceso”, profundiza la especialista.
Andrea López De Mora concluye con un detalle claro e interesante sobre qué abordar para dejar de invisibilizar la sexualidad en personas con diversidad funcional:
“1. Deconstruir estereotipos perjudiciales que infantilizan o hipersexualizan a las personas con diversidad funcional.
2. Promover una comprensión inclusiva de la sexualidad en todas las personas, independientemente de su diversidad funcional.
3. Brindar educación sexual adecuada y accesible a las personas con diversidad funcional.
4. Derribar barreras físicas, comunicativas y sociales que dificultan el ejercicio pleno de la sexualidad.
5. Concientizar y capacitar a profesionales de la salud, educadores y cuidadores, sobre las necesidades sexuales de las personas con diversidad funcional.
6. Garantizar el acceso a servicios de salud sexual inclusivos.
7. Promover políticas y legislación que protejan los derechos sexuales de las personas con diversidad funcional.
8. Fomentar una representación positiva y no estereotipada de la sexualidad de las personas con diversidad funcional en los medios de comunicación.
9. Involucrar a las personas con discapacidad en el diseño de programas y políticas para garantizar una verdadera inclusión. Nuestras voces deben ser escuchadas y tenidas en cuenta para abordar eficazmente las necesidades y deseos sexuales de las personas con diversidad funcional/discapacidad: Nada sobre nosotros/tras sin nosotros/tras”.
Así como hoy existen leyes que activamente abordan la educación vinculada a la sexualidad en la escuela, en los espacios de trabajo y en las dependencias públicas, la diversidad funcional reclama un espacio de debate y representación.
¿Te interesa saber más? El viernes 16 de junio a las 19 hs, Koinonía comienza un seminario de cuatro encuentros sobre Sexualidad y discapacidad intelectual dictado por María Inés Esteve para profesionales del área.
Asesoraron: Andrea López De Mora y Koinonía