La primavera es siempre una época donde la alegría florece no sólo en las plantas, genera una revolución en el cuerpo. El incremento de horas de luz solar y sus beneficios generan un impacto directo en las personas, sus conductas y la predisposición a nuevas experiencias.
Diversos estudios científicos dan cuenta que la primavera es la época más feliz del año, donde estamos más a gusto con nuestro entorno y tenemos más predisposición a experimentar nuevas emociones y compañías, reuniones más frecuentes y ropa más liviana, acompañan esta liberación de los deseos hacia actividades recreativas y de exploración.
Para saber más acudimos a Laura Delfino, médica especialista en Endocrinología (MN 127137) del Hospital Ramos Mejía y consultorios IDIM, para que nos brinde su opinión sobre el impacto de la primavera en la sexualidad: “es innegable que el cambio de las estaciones y el clima tiene algún influjo en el comportamiento sexual. No tenemos que olvidar que nuestros genes son ancestrales y que somos animales, y como siempre los animales se reproducen en primavera para que el clima sea más favorable para el desarrollo de las crías”. Esto es aún más notorio con la llegada del verano, que tiene un impacto directo en el bimestre de septiembre y octubre, los meses con mayor cantidad de nacimientos en el año.
El incremento de la cantidad de horas de luz solar son las que alteran al cuerpo, que se refleja en los ciclos -o ritmos- circadianos de cada persona. La especialista asegura que existen hormonas que están relacionadas con los ciclos noche y día: “la glándula pineal genera una hormona que se llama melatonina y se secreta durante las noches, lo que hace esta melatonina es llevar al cuerpo a un estado tendiente al sueño, como de quiescencia. Cuando empiezan la primavera y el verano, los ciclos son más cortos y los días más largos, esto hace que haya valores menores de melatonina”. La capacidad de estar más activos, puede generar un “aumento en el eje sexual, ya sea tanto por una causa puramente hormonal, o bien porque se sale más. Los deseos de salir, de conocer a más gente, están relacionados con el cambio de la quiescencia, digamos, de la hibernación a la primavera y el calor, salir a producir y a reproducirse, teniendo en cuenta que somos animales”, analiza la endocrinóloga.
Asimismo, si bien no hay reportes certeros que profundicen específicamente la relación entre la vitamina D y la respuesta sexual, sí hay estudios que han demostrado que, tanto en hombres como en mujeres, las personas con mayores valores de vitamina D tienen un mayor desempeño y satisfacción sexual. En este sentido, Delfino asegura que “no hay que olvidar que la vitamina D se adquiere cuando el cuerpo está en contacto con el sol, entonces aquellas personas que en general tienen una vida más saludable, mayor actividad al aire libre e interacción con otras personas en el exterior, tienen valores más altos de vitamina D. Esto se puede traducir en un mayor desarrollo y satisfacción en el área sexual”.