Hay muchos mitos y prejuicios alrededor del BDSM y el mejor antídoto para no prejuzgar es aprender e informarse; por eso, hablamos con Paula de BDSM Argentina para que nos ayude a abrir la cabeza a cosas nuevas.
“BDSM es una sigla que engloba prácticas de sexualidad alternativa o sexualidades libres o sexualidad kink. Hace referencia a: Bondage-Disciplina-Dominación-Sumisión-Sadismo-Masoquismo”. Si bien se identifica con la sigla, como la sexualidad es dinámica también hay otras prácticas no mencionadas que se van sumando al BDSM, “como los fetichismos, parcialismos, juegos de rol, petplay, etc.”, explica Paula, quien junto a Ciro dan talleres, charlas para informar de manera asertiva sobre el BDSM, como también para romper con la estigmatización alrededor de él.
LdD: ¿Qué es y qué prácticas incluye el BDSM?
Paula: BONDAGE: Son todas las actividades implican restricción tanto de movimientos como sensoriales.
DISCIPLINA: Actividades que consisten en establecer un conjunto de normas y protocolos con una base de premios y castigos para su cumplimiento. Suele estar ligado a las relaciones BDSM donde prima la asimetría de poder.
DOMINACIÓN/SUMISIÓN: Son las dinámicas de relación en donde prima la asimetría de poder, alguien asume el control de la relación y otro cede su voluntad. Esta dinámica tiene distintas variantes de acuerdo a cómo se ejerce y el género de la persona Dominante, de modo que es común ver diferentes adaptaciones de este tipo de relaciones acorde a las diferentes personas. También es conocido como E.P.E. – Erotic Power Exchange (intercambio erótico de poder).
SADOMASOQUISMO: Representa las actividades donde se incluyen prácticas de infringir y recibir dolor o displacer de forma medida y controlada, de modo que se logre con esto intensificar el disfrute y aumentar el campo sensorial. Al igual que en los casos de Dominación/sumisión, se pueden encontrar diferentes niveles de intensidad en este tipo de prácticas yendo desde situaciones leves a las más extremas.
Todas estas actividades se rigen por diferentes principios básicos de consenso, entre personas adultas que establecen las normas y pautas dentro de las que se ejercerán dichas dinámicas y/o actividades BDSM, así como los límites que se respetarán en dicha interacción y asumen la responsabilidad que implica la misma.
El BDSM va modificándose y evolucionando porque se adapta a las personas y su entorno sociocultural. La autoexploración sobre nuestra sexualidad está en constante movimiento y así también el BDSM.
Es importante entender que el BDSM forma parte de nuestra identidad sexual y que seguimos separándola de la sexualidad para diferenciar lo convencional o hegemónico de lo disidente con el fin de visibilizar y romper con los prejuicios pero no deja de ser parte de nuestra sexualidad y nuestro goce.
LdD: ¿Qué prejuicios existen a su alrededor?
Paula: Como todo lo que sale de la norma y la hegemonía, es criticado por ser algo diferente a lo “normal”. O que somos personas con trastornos, locas. O somos objeto de burla. O tuvimos una infancia violenta, que somos personas violentas, etc. Los prejuicios pueden ser infinitos porque todo lo que no le es cómodo a la norma siempre es juzgado, criticado y es objeto de discriminación constante.
La falta de ESI, el desconocimiento, han provocado que la sexualidad sea un tema tabú, que hablarlo sea algo “sucio”, “perverso”, imaginen hacerlo.
“Que se animen, que suelten los prejuicios, que se dejen abrazar por la libertad y el derecho al goce, es muy gratificante y liberador”
LdD: ¿Cómo se inicia en él?
Paula: No hay una única forma de iniciarse porque el BDSM, como dijimos, forma parte de nuestra sexualidad, no somos una secta con iniciaciones extrañas, jaja. Una vez que une puede darse la posibilidad de descubrir qué le gusta, por dónde pasa su propio placer y está dispueste a probar, cada une va a emprender su propio camino. Informarse, aprender a comunicar asertivamente lo que queremos, ser responsables de nuestro propio goce es una forma responsable de emprender este camino.
Por supuesto venir a los talleres es una buena opción, hay eventos sociales donde compartir con gente con nuestros mismos intereses, hay plataformas virtuales, etc.
LdD: ¿Qué consejos le ofrecerían a una persona que quiere explorarlo?
Paula: Nuestro consejo es que se informen, que asuman la responsabilidad que conllevan las dinámicas y prácticas BDSM. Que le den suma importancia al consenso, a la seguridad y a la comunicación. Creemos que esos son los 3 pilares para poder disfrutar de cualquier tipo de relación sexual, también BDSM. Que se animen, que suelten los prejuicios, que se dejen abrazar por la libertad y el derecho al goce, es muy gratificante y liberador.
LdD: ¿Hay espacios en los que sea más seguro o fácil practicarlo?
Paula: Que la práctica sea segura tiene que ver con las personas con quienes vamos a practicarlo. Ningún espacio o evento es necesariamente seguro. Siempre nos vamos a encontrar con gente piola y gente que no. Une no tiene que pensar que los espacios son seguros per se porque a los espacios los hace la gente. Y por supuesto, no es necesario ir a un lugar a practicar, podemos hacerlo en casa, en un hotel, en cualquier lugar donde estemos cómodes, como cualquier interacción sexual.
LdD: Los acuerdos siempre son necesarios, ¿en este tipo de dinámicas tienen otra preponderancia?
Paula: Los acuerdos, el consenso, la negociación, la comunicación son fundamentales. Creo que es un error y muy de la norma creer que en el BDSM es “más importante” que en otras dinámicas.
Es cierto que muchas de las prácticas que hacemos o de las dinámicas donde prima la asimetría de poder pueden ser riesgosas y por eso hay que informarse, hablarlo, negociarlo, poner nuestros límites, pactar una palabra de seguridad pero consenso y comunicación debe haber en cualquier tipo de vínculo, no solo en los BDSM.
Seguir vinculándonos con personas, sea BDSM o no, sin hablar, sin consensuar, sin negociar, solo va a seguir generando vínculos tóxicos y hasta abusivos.
LdD: ¿Hay límites? ¿Cuáles son?
Paula: Cada persona tiene sus propios límites y va a tener que ver con lo que nos gusta y lo que no. Lo que nos da placer y lo que no.
El límite está en lo que no queremos hacer y en lo que puede ser perjudicial tanto para une como para las personas que estén implicadas en nuestros juegos, sesiones y dinámicas.
Y los límites cambian. Quizás cuando estamos arrancando y probando, tenemos algunos límites que luego corremos porque nos vamos animando a más. Quizás lo que antes me gustaba, ahora me dejó de gustar. Nuestra sexualidad es cambiante, no es estática y así también los límites.
Informarse y hablar con protagonistas es importante para cambiar la perspectiva, romper preconceptos, aprender y también dejarse tentar para explorar cosas nuevas que sumen a nuestro placer y a expandir los horizontes de la sexualidad.