El cielo se oscurece, las nubes anuncian la llegada de la lluvia y también se desata la intensidad emocional. La motivación erótica que despierta la lluvia ha sido una temática ampliamente explotada por el cine, la literatura, y en todo tipo de relatos. La fantasía romántica o salvaje, que despierta el deseo sexual del agua deslizándose por los cuerpos resulta frecuente. Sin embargo, desde Laboratorio nos preguntamos si hay alguna conexión entre el erotismo y la lluvia.
Para algunxs la lluvia remite cierta nostalgia, otrxs prefieren prácticas más íntimas. Y es que está consensuado que esté fenómeno natural predispone al contacto físico e íntimo, lo que se conoce como la pluviofilia erótica. Si bien inicialmente parece una relación un poco disparatada, si lo pensamos bien, seguro escuchamos a alguien decir que el día estaba “para cucharear”.
En este sentido, debemos considerar que a pesar que las experiencias varían según la disponibilidad y percepción de cada persona, un estudio desarrollado por el sexólogo mexicano David Barrios, afirma que el 83% de sus pacientes tiene mayor interés sexual en días lluviosos. En general, esta tendencia está asociada a que uno suele permanecer más tiempo en la cama, priorizando el contacto físico y emocional con su pareja.
Según este profesional, la pluviofilia erótica no tiene fundamentos biológicos sino emocionales, contrario a lo que ocurre entre el verano y la producción de vitaminas, endorfinas y testosterona. Por lo tanto, no es algo que le suceda a todas las personas. Algunxs estudiosxs relacionan este vínculo entre el clima y la predisposición al contacto con otrxs con una cuestión más romántica.
Si bien muchxs se lanzan a las plataformas de streaming con algún bocado rico para degustar, lo cierto es que para que la pluviofilia erótica se concrete debe ir de la mano con un espacio propicio, que genere el clímax y la intimidad necesaria para que el erotismo se imponga. No hay una relación directa que permita que la lluvia aumente la predisposición sexual y la cucharita se imponga a la pantalla.
Para cerrar esta incursión en la pluviofilia erótica, te contamos que, como cada año, entre fines de agosto y principio de septiembre las lluvias son un fenómeno recurrente por la tormenta de Santa Rosa. Ahora que te tiramos el dato, ¿qué planes tenés en mente para atravesar la tormenta del modo más placentero posible? ¿Alguna vez experimentaste este fenómeno?