Cada 13 de abril, se celebra el Día internacional del beso, una oportunidad para adentrarnos en este saludo que puede ser amistoso, romántico, erótico, sensual… y desencadenar múltiples reacciones en el cuerpo.
Es un acto de intimidad que, si bien en algunos países se reserva para las personas más cercanas, en otros, como el nuestro, en la mejilla es un saludo que se comparte con personas que unx recién conoce. Se cree que el beso es la evolución del primer contacto que mantenían nuestrxs antepasados más primitivos, quienes al igual que los animales, acercaban sus narices para poder olerse y determinar la salud y status de la otra persona.
Investigaciones actuales sugieren que la frecuencia de los besos evidencia el estado del vínculo y la calidad sexual de las personas; algo que la filematología (la ciencia que estudia los besos) viene estudiando hace tiempo y es que: el beso permite evidenciar la química y la conexión que existe entre la pareja.
Un estudio desarrollado por Oh! Panel revela que lxs argentinxs destacan en el ranking latinoamericano como uno de los países que más besan (62%), siguen lxs mexicanxs (57%), colombianxs (55%), chilenxs (53%) y venezolanxs (52%). También, son lxs más precoces para iniciarse en esa experiencia: mientras en la media global el primer beso se da a los 18 años (algo que suele suceder en la escuela según la encuesta), en Argentina es a los 14 años. En las antípodas, lxs colombianxs son lxs más tímidxs a la hora de iniciarse, la media da su primer eso a los 22 años.
Asimismo, Argentina también lleva la delantera a la hora de besar a personas de su mismo sexo, mientras que la media general indica que 2 de cada 10 lo han practicado, en nuestro país el número se duplica, son 4 de cada 10.
Si bien el beso perfecto no existe… o sí, depende del tipo y con quién se comparta, es el primer paso hacia la intimidad, el primer contacto entre los cuerpos que penetran en la boca del otrx. Un estudio realizado por la red social Second Love destaca que lxs amantes se besan más que las parejas ya establecidas, sólo 1 de cada 4 lo hace con frecuencia en parejas que llevan más de 3 años juntas.
Un beso apasionado genera expectativas pero además, besar tiene muchas propiedades para la salud:
– Un beso de gran intensidad puede acelerar nuestrx ritmo cardíaco y disminuir la presión arterial, irrigando con mayor eficiencia todo el cuerpo. Es por esto que también suele ser un buen paliativo contra los dolores menstruales y de cabeza durante el período menstrual.
– Por la cantidad de saliva que se genera durante un beso intenso, hay menos posibilidades de generar caries. No obstante, es posible transferir 80 millones de bacterias, junto a los datos genéticos de la otra persona que pueden durar hasta una hora en la boca del otrx.
– Un beso es quizás mucho más íntimo que cualquier otra aproximación, y además, genera expectativas sobre lo que sucederá luego. Algo así como la antesala del cuerpo a cuerpo. Promoviendo la generación de hormonas y sustancias como la oxitocina y la dopamina, que aumentan el placer, disminuyen el cortisol y el estrés.
Besar, chapar, transar o comer a besos, distintas expresiones que manifiestan el primer lugar de contacto de nuestro cuerpo con el mundo exterior. Expresan un lenguaje sólo comprensible en los gestos y en la piel y, de manera muy primitiva, permiten evaluar parejas compatibles.
Hoy, el beso es la expresión perfecta del nivel de cercanía y contacto que queremos establecer con lxs demás. Su intimidad es una dimensión que abre la puerta a algo más pero que es bueno disfrutar por sí sola… como decía un tal Roberto: “hay que besarse más”.