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Franeleo o… ¿Petting?

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Unas caricias, un toqueteo con la ropa puesta o incluso el sexo oral son prácticas que forman parte del Petting. (Foto Taras Chernus para Unsplash).

Como ya saben, este Laboratorio es inquieto y curioso, desde una perspectiva amplia busca derribar mitos y barreras que limitan todo el potencial de la sexualidad. En este sentido, una de las mayores construcciones que forman parte de una cultura sexual socialmente extendida está basada en el falocentrismo que promueve la heteronorma, ampliamente impulsada por el porno masivo, esto es: la penetración vaginal o anal como reflejo de la sexualidad. A este imaginario respondemos con una propuesta: el Petting.

En Argentina se conoce como franeleo, pero se trata de una práctica común que tiene distintos niveles en los cuales profundizar. En el mundo, el Petting es una dinámica que va de los besos y las caricias, pasando por el toqueteo e incluso escalar hacia la masturbación, el sexo oral y el roce genital, CIS,  frot o tribadismo.

Derivado del inglés “to pet” que significa acariciar, mimar, esta experiencia sexual propone desafiar los límites a la medida que sube la temperatura entre roce y beso. En un toqueteo que no deja espacio corporal sin explorar. Así, podemos distinguir una progresión del contacto y de la intimidad entre quienes participan del Petting.

A partir de un acercamiento progresivo, el Petting incrementa la intensidad e intimidad del contacto. (Foto: iStock)

Del 1 al 3, los distintos grados de Petting van profundizando el roce. Los besos, ése condimento fundamental que forma parte de un intercambio que contiene más intimidad de la que suponemos, y es un primer intercambio de fluidos que, junto con las caricias, forman parte de este primer nivel.

El segundo paso implica un acercamiento más progresivo, podemos decir que se profundiza la intimidad del roce en un contacto directo con la ropa puesta. Y así, llegamos al último grado de Petting donde –sin penetración anal ni vaginal- se masturba al otrx, incluye el roce directo entre genitales y el sexo oral puede ser uno de los principales invitados en esta incursión sexual.

Entre sus beneficios, además de la estimulación erótica y la exploración recíproca de los cuerpos, el Petting destaca por las bajas posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual. Dejando de lado el roce genital y el sexo oral, que para que sea seguro debe haber barrera de látex, el resto de las propuestas no son riesgosas y pueden ser parte de un primer acercamiento con una nueva pareja sexual, o bien, una variante de amplia exploración e intimidad erótica.

La sexualidad tiene múltiples maneras de ser explorada, no hay una única forma de sentirla o vivirla, lo importante es que no haya limitaciones, tabúes, ni que la rutina y la falta de creatividad debiliten la capacidad de experimentarla en todas sus formas, plenamente.