El erotismo suele ser un vínculo determinante en una relación, sin embargo, en el día del amigx con derechos, fecha que anticipa al día de la amistad, desde Laboratorio nos propusimos indagar sobre este vínculo afectivo que motiva múltiples tipos de uniones y resulta iniciador de otras relaciones. Nos preguntamos: ¿quién no empezó, o conoce, una relación sexoafectiva que se inició a partir de una amistad?
A diferencia de lo que comúnmente se cree, la sexualidad y la pasión no son el principal factor que motiva a establecer un vínculo más duradero entre parejas. Distintas investigaciones realizadas por la revista Psicología Social y Ciencias de la Personalidad, revelaron que 2 de cada 3 parejas inician su relación como amigxs. Asimismo, los datos afirman que el período de amistad fue de alrededor de 2 años, para luego resignificarse en una relación más romántica.
Lo cierto es que 2/3 de las relaciones de pareja empezaron como amistad. En este sentido, lo que constituye la unión no es la sexualidad, sino más bien el afecto que se comparte y las ganas de compartir tiempo juntxs. Y se establece una conexión entre éstos que suele tener una base más sólida de las que se inician a partir de otro tipo de relaciones.
Sin embargo, existen matices y vínculos intermedios, en el que se comparte más que tiempo y compañía, en ocasiones también sábanas. Lxs amigxs con derechos, o con derecho a roce, conforman un tipo de relación en la que el contacto sexual forma parte de la interacción.
En este contexto, la app Gleeden realizó una encuesta online con resultados reveladores: el 80% afirmó haber tenido alguna vez unx amigx con derechos a lo largo de su vida, y el 20% restante estaría dispuesto a probarlo.
En cuanto a las dificultades que presenta este tipo de relación, el 45% sostiene que lo más difícil es evitar enamorarse, el 20% indica que es difícil mantener los límites acordados y un 10% expresa que mantener a raya los celos es complicado.
El deseo y el interés por ir más allá de los límites socialmente establecidos para sumergirse en nuevas experiencias generan modos alternativos a los que la cultura modela. Y si bien los rótulos son más diversos de lo que cualquiera puede establecer, la necesidad de conectar desde aspectos más eróticos y sexuales motiva a profundizar algunos vínculos ya presentes, con personas con las que nos sentimos afectivamente involucrados.
Se trata de vínculos libres, que desarrollan sus propios acuerdos y límites, con características propias basadas en un contacto emocional: ya sea amigx, con o sin derecho, o pareja que comparte amistad, no hay límites definidos en las relaciones y mucho menos en los modos en que cada unx elige vincularse. Depende exclusivamente de lo que las personas involucradas acepten voluntariamente como modo de expresar su afecto.
Desde nuestra perspectiva, cada quién construye las relaciones (no sólo amistosas) a medida, según lo que comparte, siente y necesita en un determinado momento o etapa de la vida. Encontrar otras personas capaces de conectar con lo que unx siente, es lo que realmente vuelve significativa esa relación. Sin necesidad de acudir a rótulos o etiquetas