*Por Natalia Fernández
Las prácticas holísticas exploran el autoconocimiento individual, siendo el yoga y la meditación dos de las más extendidas, brindan herramientas que permiten profundizar en nuestros deseos y abrirnos a una conexión más profunda con unx otrx.
Antes de poder encontrarnos con otrx en la intimidad, primero debemos iniciar un proceso de autoexploración, identificar los tabúes: en la medida que no seamos capaces de conocernos en lo individual, se bloquea la posibilidad de elegir lo que se desea o desear, como así también su capacidad de compartir con otrx. Jugar, tocarse, dejar fluir nuestras emociones es fundamental para descubrir nuevas formas de conectar con el deseo propio y abrirse a los demás. Incluso es importante que en el encuentro con otrxs, tengamos presentes nuestros deseos: es muy importante en la sexualidad habilitar espacios de diálogo por fuera de la cama, para despojarse de miedos y tabúes. Al expresarnos, transmitimos nuestros deseos e inquietudes con otrx, de esta manera durante el encuentro la interacción fluye de forma diferente. La sexualidad y la sensualidad son aspectos que se van trabajando a través del diálogo y la exploración.

A tener en cuenta para un disfrute compartido:
– Las manos en la masa: el tacto es un sentido que está descuidado. Se trata de un sentido que nos conecta con esa sensibilidad que muchas veces necesitamos recuperar. Debemos reconocer el cuerpo del otrx con caricias, masajes… se pueden usar aceites, cremas, compartir baños, para profundizar ese contacto.
– No todo es la penetración: debemos abandonar la supremacía de la penetración en la sexualidad. De hecho, la gran mayoría necesita disfrutar de otros recorridos para poder lograr la excitación, acá la previa juega un rol fundamental. Incluso, plantearse la posibilidad de un encuentro sexual sin penetración. Con las manos, la boca, experimentar sabores y explorar nuevas posibilidades con todas las partes del cuerpo…. ¡Hay un mundo por descubrir!
– Desmitificando el fin de fiesta: otro gran mito es que el encuentro acaba cuando se produce la eyaculación del pene. Esto descuida la satisfacción femenina, y mientras hay muchas mujeres cisgénero que no llegan siempre al orgasmo, hay otras que nunca han tenido uno en su vida. La idea de que el acto o el encuentro sexual se termina cuando el hombre cisgénero acaba (como el término refiere) limita las posibilidades de un disfrute compartido. Hay muchas formas de seguir y satisfacer el deseo de todas las partes.
– Desconectarse de las preocupaciones para gozar del momento: hay una gran parte de la población que vive con estrés permanente, o burn out; se trata de un padecimiento que el cuerpo asimila de modo primitivo como situación límite, algo así como un estrés sostenido de lucha o de huida, esto altera -entre otras- cosas la libido sexual. Como mamíferos que somos, el organismo activa en un modo defensa o protección inhibiendo al cuerpo para abrirse al goce, se trata de una capacidad antigua que nuestro cerebro mantiene desde épocas salvajes. Es algo que influye a nivel emocional y mental impactando directamente en la fisiología, es por esto que las personas en estado de alerta permanente –o estrés- es muy probable que tengan problemas en la intimidad.
Finalmente, no debemos olvidarnos que, para poder estar bien y abiertxs a nuevas experiencias, primero debemos decodificar y trabajar sobre lo que se nos presenta como una traba o tabú. Es justamente esta posibilidad de permitirme explorar qué me gusta, qué deseo hoy y qué quisiera, o no, con otrxs. Para eso tengo que tener esa instancia de reconocimiento previo individual, para luego dar forma a la entrega y estar disponibles a nuevos estímulos.
* Natalia Fernández es profesora integral de yoga, especialista en terapias holísticas de Espacio Alma