En Argentina hay pocos espacios destinados a la práctica nudista, que permitan disfrutar de la vida al aire libre gozando de la desnudez en público. Hay 2 playas públicas en la Costa Atlántica, donde el nudismo es opcional, varias quintas repartidas mayormente en la provincia de Buenos Aires, y un gran predio entre las sierras cordobesas (Yatan Rumi) donde el nudismo es obligatorio.
La práctica del naturismo va de la mano con una forma de vida en armonía y respeto, con unx mismx y con el entorno que habita. Propone una mirada despojada de cuestionamientos y normas socialmente impuestas: “el nudismo comienza por el respeto y la aceptación, se basa en aceptarnos tal cual somos, aceptar nuestro cuerpo tal cual es y, por ende, aceptar el de los demás, sin criticarlo, sin burlarse, sin otra connotación más de que somos como somos, tal y como nos creó la naturaleza”, sostiene Miguel Suárez, dueño y coordinador de Yatan Rumi. Junto a su esposa, promueven la práctica del nudismo en un campo de 1200 hectáreas, una reserva que impulsa el nudo naturismo como estilo de vida para “sentirse libres y gozar con esa libertad del cuerpo, gozar plenamente la naturaleza”.
Hace 20 años, cuando el turismo nudista aún no era tan difundido, un grupo de amigxs decidió abrir una reserva en medio de las sierras de Córdoba para poder practicarlo en privacidad. “Casi sin querer”, asegura Miguel, “el espacio comenzó a difundirse y hoy nos visitan varios miles de varios de personas de Córdoba, de Argentina y de todo el mundo”. Hoy, en un contexto de mayor apertura social y cultural, el respeto es lo que sustenta la participación en una comunidad naturista. Como en todo espacio, la práctica nudista tiene reglas, o más bien códigos de convivencia que refieren a la privacidad, la preservación del ambiente y la intimidad. “El respeto a nuestro lugar es un regla obligatoria en la práctica del nudismo”. Si bien son muchas las normas que detalla la Federación Naturista Internacional, Suárez las resume en: “RESPETO a los demás, que se manifiesta en la mirada, en la actitud ante otra persona que está desnuda, en no hacer preguntas inapropiadas y respetar a quien quiere estar solo. No invadir con música o sonidos que pueden molestar a las otras personas. Respeto a la naturaleza, sin arrojar residuos, ni prendiendo fuegos que pueden ocasionar incendios. Sin llevarse cosas que son propias del lugar a otros lados, ya sea plantas, piedras, etc”.
Además, existe una premisa fundamental para quien desee disfrutar de la experiencia en Yatan Rumi: “la práctica del nudismo total es obligatorio, no puede haber algunas personas vestidas, y otras no. Salvo que la temperatura o el clima lo impidan, hay un periodo de adaptación para quienes son novatos y pueden permanecer vestidos, conociendo el lugar, viendo cómo se sienten rodeados de otras personas que van a estar desnudas. Pasado ese período de adaptación, que es media hora, el nudismo pasa a ser obligatorio. Si no lo quieren hacer porque no es lo que esperaban, se pueden retirar, es una decisión personal”, aclara el coordinador.
En la reserva las actividades que ofrecen son similares a las de cualquier camping serrano en medio de la naturaleza, solo que se realizan desnudos: cuentan con servicio de masajes, clases de yoga, caminatas, baños de sol, observación y fotografía de fauna autóctona, de aves, de las flores y de la naturaleza, y la posibilidad de bañarse en los innumerables ríos, arroyos y cascadas que hay en dentro del campo.
Como sugerencia, Miguel comparte: “a quien sienta curiosidad por la práctica del nudismo, le recomendaría que se dé el permiso de vivir algo diferente, que seguramente va a marcar un punto de inflexión en su vida. Que se quiten los preconceptos, el nudismo no está asociado con el sexo, nosotros no nos desnudamos para tener sexo, los no nudistas sí se desnudan para tener sexo, pero los nudistas nos desnudamos para sacarnos la coraza que nos oculta de los demás, que nos impide ser libres y disfrutar a pleno de la naturaleza”. Y aclara: “hay que sacar el preconcepto de que los cuerpos no son estéticamente perfectos, son funcionalmente perfectos, lo de la estética es algo que nos ha metido la cultura. Todos los cuerpos son hermosos, porque nos dan vida, así que hay que aceptarnos tal cual somos y no tener complejos. En un lugar nudista no hay cuerpos estéticamente perfectos, de acuerdo a lo que marca la cultura, hay cuerpos normales y todos somos más o menos parecidos. Si se deciden, disfrútenlo”.