En esta ocasión, en el día del Orgullo LGBTIQ+ este Laboratorio va a profundizar en los derechos alcanzados a fuerza de luchas para visibilizar las agresiones, persecuciones y penalizaciones que reciben las personas que desean expresar y vivir plenamente su orientación sexual, así como su identidad y expresión de género al interior de un mundo diverso.
Existen muchos países que hoy condenan la homosexualidad, impulsando la criminalización, actos y discursos homofóbicos con el aval del Estado. La Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA), lleva muchos años trabajando activamente en la implementación de leyes igualitarias y la denuncia de acciones que atentan contra la comunidad LGBTIQ+, y criminalizan los “actos sexuales consensuales entre personas del mismo sexo o de las expresiones de género diversas”. Esto pone en riesgo la vida de estas comunidades, que generalmente deciden huir en búsqueda de países con perspectiva de género inclusiva.
Mientras en Rusia la homosexualidad puede ser motivo de multa y, en el caso de extranjeros, deportación, en otros lugares del mundo existe una homofobia estatal que habilita a castigos aún más severos. En países como Afganistán, Emiratos Árabes, Qatar, Irán, Pakistán y Somalía, la pena de muerte por actitudes homosexuales está supeditada a la interpretación de la ley islámica; en Arabia Saudita, Brunei, Irán, Mauritania y Nigeria, el código penal las condena con pena de muerte.
Recientemente, Uganda sancionó una ley que agrava las condenas para las relaciones consensuadas entre adultos del mismo sexo, quienes ahora deberán enfrentar la posibilidad de afrontar una cadena perpetua o incluso la pena de muerte en los casos “agravados”, como una relación con menores de 18 años o bien por contagiar a una pareja sexual con alguna enfermedad crónica, como el sida.
Sin embargo, estas no son las únicas acciones violentas que el Estado ejerce en gran parte del mundo; se estima que más de 60 países tienen leyes que amenazan la diversidad sexual. El acceso a derechos como la identidad, un empleo digno, atención médica o incluso la posibilidad de planificación familiar, básicos para cualquier ser humano, resultan un gran desafío para la comunidad LGBTIQ+. Sobre estos ejes la Argentina ha avanzado fuertemente en los últimos 20 años, consagrando derechos que de otra manera resultaban inaccesibles para este colectivo.
Entre las leyes más destacadas se encuentran el reconocimiento civil a un Matrimonio Igualitario, la implementación de la ley de Identidad de Género, la posibilidad de solicitar un DNI no binario, la oportunidad de concepción a través de la Reproducción Médicamente Asistida, el acceso al empleo formal e incluso la derogación de los códigos contravencionales que criminalizaban y discriminaban a la comunidad a través de las leyes contra la discriminación y los crímenes de odio, entre otras.
Hoy en el Congreso Nacional hay cerca de 50 proyectos de Ley y resoluciones que se encuentran vigentes que buscan el reconocimiento y la ampliación de derechos de este colectivo. Mientras, desde el Estado Nacional impulsan un Censo anónimo, virtual y autoadministrado, del cual se puede participar hasta el 31 de julio. Se trata del primer relevamiento de las condiciones de vida de la comunidad LGBTIQ+ en Argentina.
Si bien aún queda mucho camino por recorrer, desde el Laboratorio celebramos las conquistas alcanzadas, compartimos la lucha por la igualdad de derechos y acceso de todas las personas por igual, y apoyamos la diversidad en todas sus formas.